John Galliquio, tan efectivo como impreciso en ocasiones, descubrió el camino hacia la gloria en los albores de la segunda mitad. De media vuelta, y tras un tiro de esquina que Ruidíaz pivoteó de cabeza, venció a Carranza e hizo vibrar Huancayo, más crema que nunca.
El desgaste por la altura hizo mella en el físico, más no en la actitud. Universitario siempre fue para adelante y eso aprovechó Garcilaso, que mediante Bogado encontró la paridad tras un tiro de esquina.
El empate persistió y el cansancio aumentó. Aunque Garcilaso tenía más resto físico, Ferrira, Ramos, Ramúa y Montes nunca pudieron volver a batir a Carvallo, una muralla.
Ni en el primero o el segundo de los tiempos suplementarios, se pudo romper la paridad y se llegó a los penales.
En tanda de penales, Duarte anotó el definitivo 5-4 contra Garcilaso y coronó a Universitario como el nuevo campeón del fútbol peruano.
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